Tan distintos y tan iguales de Araceli Mendieta

Resulta curioso lo poco que reflexionamos en general en la vida, pero más concretamente en nuestro ámbito laboral. Si descontamos las horas que dormimos, entre semana pasamos más tiempo en el trabajo rodeados de nuestros colegas que en nuestro hogar. Si ya discutimos con nuestra pareja debido a los conflictos normales derivados de la convivencia ¿qué discusiones no tendremos, de forma más o menos gráfica, con nuestros compañeros de trabajo o nuestros jefes/subordinados? Posiblemente los conflictos se derivan en muchas ocasiones de un desencuentro entre ambas partes, un malentendido. Para ayudarnos a rellenar ese hueco hoy vamos a hablar de un libro de psicología escrito por Araceli Mendieta Garcidebailador, con la colaboración de Luis Esteban Rodríguez, y que lleva por título ¡Tan distintos y tan iguales!.

Araceli Mendieta lleva trabajando en este área durante muchos años. Es licenciada en Psicología por la Universidad Complutense y tiene un Master en Dirección de Recursos Humanos por el Instituto Directivos de Empresa. Con el foco puesto en el desarrollo tanto del individuo como del equipo del que forma parte, ha recalado en el mundo del coaching en el que cosecha grandes éxitos. Es además Socia Directora de Alma Consultores. Por lo tanto estamos ante un gran profesional en este área cuyo conocimiento es de gran provecho para el lector. Luis Esteban Rodríguez es licenciado en Ciencias Económicas y ha trabajado también en proyectos relacionados con el fortalecimiento de organizaciones, diversión cultural, liderazgo y comunicación.

La personalidad es aquello que nos hace únicos, que refleja nuestra propia identidad y no la de otro cualquiera

El libro está dividio en cuatro partes. En la primera Mendieta reflexiona sobre el tema de la personalidad. Muchas escuelas piscológicas han intentado definir la personalidad en función de sus preceptos. Pero todas coinciden en que la personalidad es una serie de características, de rasgos, que diferencian a las personas unas de otras. No nacemos con una personalidad determinada, o mejor dicho sí, pero está es modificada por nuestras vivencias a lo largo de la vida. Pese a que todos somos diferentes podemos clasificar a las personas en diferentes tipos de personalidades, en función de los rasgos que poseen.

La segunda parte del libro tiene como objetivo que el lector sea capaz de definirse a sí mismo. Como dice la cita del poeta Ronsard que abre esta parte: El que sabe conocerse a sí mismo es dueño de sí. El modelo que presetan se basa en las ideas de Jung y Marston. Este modelo analiza nuestra actitud ante el mundo (extrovertido-introvertido), las funciones psicológicas racionales (pensamiento-sentimiento) y finalmente las funciones piscológicas perceptivas (sensación-intuición). Lógicamente no vivimos siempre en los extremos. Es decir, para hacer las cosas más complicadas, uno no es siempre 100% extrovertido o introvertido, sino que vivimos en una escala de grises cambiante. ¡Y esto hay que mutiplicarlo por tres! En función de estas combinaciones dividen las orientaciones de las personas en cuatro tipos: organizadora, emprendedora, sociable y cooperadora.

La tercera parte del libro es el más importante. Aquí vamos a poder descubrir como comunicarnos con personas que tiene una orientación diferente o similar a la nuestra. Asimismo vamos a descubrir cuáles son las ventajas y los inconvenientes para cada una de las orientaciones. Y lo más importante, en qué dirección tenemos que trabajar para corregir nuestras debilidades y cosechar más éxitos en nuestras carrera laboral. Si sabemos cómo hablar con nuestros colegas y supervisores, no sólo vamos a tener una carrera laboral más satisfactoria, sino que la relación personal con ellos va a mejorar también.

La última parte del libro incluye una serie de ejemplos que sirven de ilustración a lo expuesto anteriormente de modo teórico. De hecho a lo largo de todo el libro el lector tiene una serie de tablas y ejemplos que completan las explicaciones de los modelos. El libro propone una lectura activa y busca la colaboración del lector.

En una ocasión Antonio Gala acudió a una cena donde el ambiente reinaba por su ausencia. A modo de entretenimiento sugirió que fueran clasificando entre todos a cada uno de los comensales entre amantes y amados. Aparentemente el juego dio resultado y la conversación empezó a animarse. Desgraciadamente para Gala llegó su turno y descubrió con sorpresa que el voto unánime de la mesa fue clasificarle dentro del grupo de los amados. Tras una leve resistencia y una reflexión personal se dio cuenta de que sus amigos tenían razón y, pese a tener algunos rasgos de amante, era más justo definirle como amado. Esta anécdota intenta explicar dos puntos que se desprenden del libro ¡Tan distintos y tan iguales!. La primera es que no existen las personas con rasgos puros, sino que tenemos un poco de todo en nuestras mochilas. Son los rasgos más dominantes los que sirven para definirnos, pero no tenemos que caer en la simpleza de caer en tópicos o líneas muy gruesas. Incluso con nuestras némesis coincidimos más de lo que nos pensamos.

El segundo punto es que antes de empezar a definir a los demás tenemos que definirnos a nosotros mismos. Y debemos de hacerlo de forma certera. Cuanto mejor nos comprendamos a nosotros mismos, por qué reaccionamos en la forma que lo hacemos, mejor podremos comprender el mundo que habitamos y por qué la gente a nuestro alrededor actúa de una determinada forma. Y esto, en el plano laboral, es simplemente oro puro.

Deja un comentario