Escúchalo en Twitter

Más y más cámaras. Alta definición. 3D… la historia de la televisión se puede contar a través de la evolución de las retransmisiones deportivas. Un esfuerzo constante por acercarse cada vez más a lo que está pasando, hasta que puedas “sentir” que estás allí.

Si lo que se pretende es “trasladar” al espectador, el siguiente paso lógico es que el espectador decida a dónde quiere trasladarse, y en eso estamos, en eliminar la barrera entre televisión (ves lo que otros te ponen) e Internet (tú decides qué quieres ver).Pero… ¿qué papel juegan las redes sociales en todo esto?

Hasta ahora, las han limitado a aportar un punto 2.0 algo mal entendido: es decir, te “permiten” meterte en Facebook y hacer comentarios del tipo “Gooooooool” o, como mucho, “el comentarista es un g*********”.

Y ya.

Bien es cierto que retransmitir un partido por Twitter, por ejemplo, está bien para compensar las decisiones de esa figura que nos enseñaban en la facultad, los gatekeepers. Porque es posible que una final regional de hockey sobre patines no interese mucho a ninguna cadena, pero siempre habrá alguien que podrá contarlo a base de mensajes de 140 caracteres. Y a eso se le llama “cobertura global”.

Redes Sociales 1 Mass Media 0.

Social Media TV

Pero hay otro punto que nos parece interesante: llegar a donde no llega nadie, por muchos micrófonos que disponga. Lo cuenta Ramón Trecet, en su blog en el periódico Marca citando la cobertura que realizó Pete Thammel, el enviado especial del New York Times a la final de la NCAA, la liga universitaria de Estados Unidos.

¿Qué tuvo de especial?

Pete no contó el “partido”, sino que, situado detrás de los banquillos, iba twitteando en tiempo real los comentarios de los técnicos. Del tipo “No puedes jugar asustado”, dirigido por el entrenador auxiliar de la Universidad de Duke a un jugador que se le escapó un rebote.

Lo que nos parece interesante aquí es lo que podríamos llamar el concepto de “simultaneidad”: poder estar en varios sitios al mismo tiempo. Porque un realizador de televisión dispondrá de cien cámaras, pero tiene que “pincharlas” de una en una. Por ejemplo, si quieres contar qué pasa en los banquillos, tienes que limitarte a un plano breve cada cierto tiempo. O, en baloncesto, a dedicarle un “tiempo muerto” a cada equipo. Pero mediante Twitter, puedes estar contando qué está pasando, justo cuando está pasando, desde todos los puntos desde que está pasando, simultáneamente: yo puedo “escuchar” a un entrenador y al otro al mismo tiempo, y cuando yo quiera, no cuando el realizador decida. Sólo tengo que abrir dos ventanitas en mi navegador.

Y eso, aportar una “información exclusiva” es lo que tiene más valor del mundo.