Crónica del BeerMAD

Luces y sombras en la segunda edición del BeerMad que se ha celebrado esta largo puente en la caja mágica de Madrid. En mi opinión más luces si evitamos las comparaciones con la primera edición. Pero entenderéis que esto es inevitable.

Luces

1- Las cerveceras que se incorporaron elevaron la calidad y la oferta cervecera. Impecable la oferta de Guineu, Mad Brewing, La Quince, Jakobsland, Brewdog, Yria. Yakka, Mala Gissona y Ulitje. Solo con esto nuevos nombres había más de 30 nuevos grifos maravillosos que le hacían mucha falta a un festival de cuatro días.

2- La asistencia de público: Salvo la mañana y la primera hora de la tarde del viernes (que era laborable) el festival ha estado continuamente muy bien de gente. Este dato lo confirma que la organización agotó los vasos serigrafiados (18.000 creo que me dijeron) y que hubo momentos en que la seguridad declaró el aforo completo y se formaron colas en la puerta (de esto hablaremos en las sombras) En cuanto a las ventas os dejo el ejemplo de CCVK: Beermad II – Algo menos de 16 barriles. Beermad I: 23 Barriles. En ambos casos fue una experiencia rentable para los cerveceros.

3- La Caja Mágica: Aunque no era una buena ubicación, al menos a priori, la asistencia de público confirmó que había sido un acierto.

El espacio, aunque algo “frio” en mi opinión, era suficiente y a cubierto lo que evitó que nos torraramos en otro fin de semana caluroso y soleado. La cercanía del manzanares también ayudó a bajar la temperatura por lo que ha trasncurrido en un clima muy agradable. Un parking gigante y gratuito también fue un factor decisivo para el éxito de asistencia.

4- La lanzadera hasta Legazpi. Yo personalmente no la utilicé; pero los amigos que sí me contaron que dio muy buen servicio. Puntual, rápida y eficaz. Eso sí. No he hablado con nadie que quisiera salir de allí a las 23.00h todos al tiempo. ¿Testimonios?

5- La oferta gastronómica: MUY VARIADA. Incluso demasiado. Y aunque otros blogueros opinaron lo contrario, lo que yo comí (4 veces) me pareció muy rico, variado y bien de precio. Riquísimos los callos (5€), las hamburguesas (8.5€ pero muy grande), las empanadas (2.5€), las empanadillas (1.5€), las croquetas y el bocata de carnaza del prost. No recuerdo estos últimos precios pero muy bien de calidad/precio.

La feria de queso también ayudo a este respecto aunque para mí ocupó demasiados puestos que se podían haber centrado en otras actividades.

6- La oferta formativa: Lleno absoluto y muy buen feedback de todos los asistentes. La gente de SABEER (Luis Vida y JAB) superaron las expectativas (como siempre) y le dieron un notable complemento académico al festival. Grandes. E igualmente grandes Adrián y la gente de la ACCE con sus cursos de elaboración.

También un acierto que por 4€ pudieras dejar a los niños una hora en una actividad especialmente diseñada para ellos y pirarte.

7- Los conciertos: Asistí a la mayoría. Oferta muy variada y siempre acertada. Buena calidad de sonido y grupos guapísimos sin caer en el error de que aquello se convierta en una especie de fiesta de plaza del pueblo con orquesta. Mucha calidad. Obviamente para gustos los colores pero creo que la oferta fue muy acertada y así lo demuestra el hecho de que se petaron y la gente respondió con entusiasmo a las propuestas musicales.

8- La organización: Mejor con los medios que en la primera ocasión y rápidos en la resolución de incidencias. Al menos en las dos a las que yo asistí en forma de problemas eléctricos.

9- Los baños. Grandes, amplios, limpios. OK.

10- Y quizás la más importante. Los festivales los hacen las personas más aún que las birras. Y a este respecto la representación humana en el Beermad fue impagable. No voy a cometer el error de citar nombres porque me dejaría alguno pero excepcional como nos hicieron sentir cerveceros, blogueros y amigos. Una mención especial para Xavi de Guineu. Solo por verle evolucionar con los clientes y por charlar con él un rato merece la pena ir a un festival en Siberia.

Sombras:

1- El aforo y la seguridad: No es directamente achacable a la organización sino a la dirección de la caja mágica pero fue una putada. El fatídico antecedente del Madrid Arena ha hecho que en Madrid, con toda la razón del mundo, se extremen las precauciones en lo que a cuestiones de aforo se refieren. Y esto ha llevado a que un espacio en el que me aventuro a estimar que cabían 3500 personas sin apreturas se haya reducido a 2000 y además con mucho control y falta de flexibilidad. ¿Qué pasó? Que el sábado a última hora de la tarde los vigilantes colgaron el cartel de aforo completo y se lio petarda en la puerta con cientos de personas esperando (Y algún que otro cervecero sin poder volver a su puesto) Mientras esto pasaba en la puerta los puestos de los cerveceros estaban a un 30% de su posibilidad de rendimiento mientras los 2000 se repartían entre la cena y los conciertos… Una pena y una lástima pero, repito, fueron temas de seguridad ajenos a Beermad. Eso sí, en redes sociales les cayó la del pulpo y algunos cerveceros estaban muy molestos al día siguiente por la pérdida de oportunidades.

2- La calidad de demasiadas cervezas. Parece una broma pero no. La única feria de Madrid necesita un “Jurado de Calidad”, tal como se hizo en Colmenar, autorizado a retirar cervezas e incluso cerveceras. De nuevo contaminación. (3 diáfanas encontré yo) y sobre todo muchísima cerveza horriblemente mediocre (MALA ,sin contaminar, pero MALA) y completamente fuera de estilos. Que en el mayor evento de Madrid se le haga este daño al craft es inconcebible.

3- Cerrar a las once. Cuando más animada está la peña cierras. Es el momento en que la gente más consume y si pones un par de conciertos lo petas. Por otro lado, ampliar el horario en una feria de cuatro días puede acabar con la salud de los cerveceros.

4- Los fregaderos para lavar el vaso. Dos. Muy escondidos, alejados del meollo y no señalizados. Conclusión: Los clientes iban con los vasos llenos de mierda a la hora de estar allí hasta que daban con un puesto que tuviera el suyo propio.

5- La organización optó por no aglutinar a los cerveceros y por ende los “descentralizó” Tenía que buscarlos. Como ejemplo no encontré Mala Gissona hasta el tercer día. Para mí es un error. La birra con la birra (y con los lava-vasos), el papeo con el papeo y Dios en la de todos.

6- Olores: La depuradora de al lado escupía de cuando en cuando olor a retrete. Y los puestos de fritanga también contribuyeron a que hubiera zonas no aptas para pituitarias finas.

7- Fiesta para y por cerveceros. Creo que hay que hacer algo desde la organización para homenajear a los cerveceros y más cuando les tienes aquí cuatro días. Una cena de la organización para dar las gracias a todos y generar ese contacto entre ellos del que salen las alianzas y las colabos.

Cervezas

A nivel friki el triunfador absoluto fue “La Calavera” gracias a cuatro birrotes maravillosos: Batard Chardonnay (Una belgian Strong Ale embarricada suave y sublime) Abnegation (Saison embarricada ídem) Napalm Brett (Una Sour llenita de bretas y con un toque ahumado brutal) y su mítica Medical Stout.

Más birrotes; Guineu II Goloso Barrel Aged (IStout), Guineu Shock Norris (Triple IPA), La Pirata Black Bock Bourbon Barrel Aged (Istout), Brewdog Abstrack Ab:23 (Barley Wine sublime pero a 6 pavazos la media) Nada que envidiarle y a un precio más ajustado Red Grinder (la Barley con frambuesas de Mad Brewing) , Lo Vilot Tropical Funky (Sour con albaricoque) que también llevó una Rye IPA muy rica.

Fuera del Friki Level: Triunfadora la Red IPA de Greyhound. Nuevamente deliciosa. A destacar las NEIPA de La Quince, Guineu y Panda Beer. Dos pils de libro firmadas por Jakobsland y Guineu. Mad Brewing Camarillo y Trigo Hoppy crujiendo de frescas igual que la Extra Horny de La Quince o la Dumbstruck de Jakobsland rebosando Citra. Dr Calypso de Guineu también súper fresca y gluten free. Riquisima la Khanda de Nómada. Y por último, pero no menos importante la Mild de Yria; Un estilo poco frecuente que estaba cojonuda y que mola encontrarse en un festival.

Para olvidar:

Monesterio: Imprersentable. En general y en particular una IPA imposible de beber.

Bailandera: Lo probamos practicamente todo. Terribles. Especialmente una Red Ale rubia e imbebible. En este caso la IPA se salvaba aprobando por los pelos, pero todo lo demás… Uf.

The One: Probamos dos. Una Pale Ale imposible y una Scotch Ale inolvidable.

La Surfera: Pale Ale y Summer Ale planas y vulgares.

La Coruja: Blonde insípida.

Y las que no me atreví a probar pelín harto de sinsabores. Supongo que en otros foros os encontrareis más críticas al respecto.

En resumen: Un gran festival con muchas cervezas artesanas que evoluciona y que de seguir esta evolución puede convertirse en esa referencia que Madrid tanto necesita siempre que se pulan las sombras y se luche por potenciar y mejorar la oferta tanto nacional como internacional porque Madrid merece lo mejor.

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